Inmersa en la Patagonia argentina, sorprende a los turistas con su paisaje cordillerano integrado por pequeños valles.
Sus orígenes se remontan al año 1880, cuando la gente de la Tierra, llamados Mapuches en su lengua originaria, eligieron estos valles para descansar de sus andares nómades. Luego, se le sumaron desde Chile, arrieros y descendientes de europeos (en primera generación) de lugares como Siria, Italia, España, Alemania, Inglaterra, Francia e incluso Japón, entre otros. Gracias a esta diversidad cultural, con el tiempo se fue delineando el actual carácter de la población.
Este rincón andino recibe el nombre de “El Bolsón”, en referencia a la apariencia que la zona posee.
La calidad de la producción comarcal, en muchos casos orgánica de hortalizas, flores secas, lúpulo, fruta fina, quesos elaborados con leche, dulces, licores, helados artesanales, tulipanes y truchas ahumadas entre otras, afirman el esmerado amor que vuelca el lugareño en lo que hace.
Con una población aproximada a los 15.500 habitantes, la ciudad ofrece al turista un sin fin de actividades referidas al esparcimiento y al deporte aventura. En el amplio abanico de posibilidades, sobresalen: rafting, mountain bike, cabalgatas, escalada en sus diferentes alternativas y principalmente el parapente. El Bolsón es conocido mundialmente como el mejor lugar de Sudamérica para volar.
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